Salieron de su casa, pueblo o nación buscando un sueño con una ilusión...
No hay día o noche que dejen de tocar a la puerta y llegar a esta casa, La 72, que es como un oasis en su camino.
No importa la raza, ni el color de la piel, pues los amamos a todos y les hacemos un bien, bien que se transforma en sueños e ilusiones, ante un mundo muchas veces injusto e inhumano.
No juzgues y no serás juzgado, es una premisa bíblica que siempre viene a mi mente, por lo que nos deja de enseñanza a tratar a todos como queramos ser tratados.
Sueña e ilusiónate hermano-hermana migrante, que desde este rincón del sureste mexicano te decimos ánimo y si se puede. Cuando ya se van de manera tranquila y segura con su condición de refugiados nos da gusto y alegría verlos partir, porque pueden transitar libres, aunque muchas veces sin dignidad.
Gracias a todo el equipo que hace posible este sueño, a todas las organizaciones, amistades, voluntariado, frailes, religiosas, bienhechores…
Son doce años y deseamos que sean más. Paz y bien.
Fraternalmente:
Fray Ricardo Alberto Roque Figueroa, OFM.